Hoja de ruta para lograr una ventaja competitiva con el uso sostenible de los recursos - Contenido Promocionado

2022-12-02 19:10:22 By : Ms. Lisa Tan

Manuel Martín Arroyo, Responsable de Marketing de Agbar Agriculture, explica las principales claves para utilizar de forma sostenible los recursos hídricos en el sector agrícola

Para desgranar cómo se usan de forma sostenible los recursos hídricos en la agricultura, Martín se apoya en el estudio titulado ‘Una solución sostenible e integral como ventaja competitiva’, elaborado conjuntamente por Agbar Agriculture y la Universidad de Córdoba (UCO), que recoge, a modo de guía explicativa, los aspectos más importantes relacionados con la gestión y la optimización del agua para riego agrícola y que intervienen en el cálculo de la huella hídrica. Los investigadores que han llevado a cabo este estudio junto a Agbar Agriculture pertenecen al Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (DAUCO), Unidad de Excelencia María de Maeztu (2020-2023), concretamente al Área de Ingeniería Hidráulica.

El uso de sistemas de riego inteligente juega un papel fundamental en la agricultura

«La colaboración entre entidades públicas y privadas es fundamental y este estudio es un buen ejemplo de ello, al igual que otros que venimos desarrollando, pues gracias a ello, multiplicamos las posibilidades de éxito al aprovechar las sinergias que se generan entre todas las partes», indica Manuel Martín. En este caso, «la guía elaborada entre Agbar Agriculture y la UCO recoge los criterios para diseñar los sistemas hidráulicos y programar el riego correctamente, cuáles son los elementos tecnológicos de medida y control de las instalaciones para optimizar su funcionamiento, los procedimientos para una gestión hídrica eficiente a escala de explotación, así como el inventario de huella hídrica y el cálculo de indicadores de adecuación del riego».

La digitalización y el uso de sistemas de riego inteligente juega un papel fundamental en la agricultura porque «estamos en un escenario de aumento de población y mayor frecuencia de sequías e incertidumbre derivada del cambio climático», por lo que «todos los agentes que participamos en la actividad agrícola tenemos la obligación de garantizar el suministro de alimentos manteniendo el equilibrio entre la preservación del medioambiente y un necesario incremento de la productividad y la eficiencia de los recursos hídricos».

Para reconocer el grado de sostenibilidad de un proyecto agrícola, la huella hídrica es un indicador fundamental. Por ello, apunta que «aunque lo ideal sería contar con toda la información sobre la disponibilidad de agua y su uso, la tecnología actual permite conocer la trazabilidad del uso del agua en las explotaciones, lo que otorga una diferenciación en el mercado para los agricultores que disponen de ellas».

Manuel Martín Arroyo, Responsable de Marketing de Agbar Agriculture

Para Agbar Agriculture caracterizar de forma exhaustiva la finca juega un papel fundamental a la hora de adoptar una solución óptima, conocer todo lo relacionado con el clima, suelo, agua y orografía de una finca es imprescindible para abordar con éxito cualquier solución. Se debe ahondar en las características del clima, analizando la radiación, la temperatura, la humedad atmosférica y la velocidad del viento. No podemos olvidarnos del suelo, hay que poner la lupa en la composición porcentual en limo, arcilla y arena, la capacidad de retención de agua, el contenido en sales, el pH, etc. La orografía es otro elemento importante, pues condiciona el diseño del sistema de riego y sistema de plantación. Y, por supuesto, el agua, se debe analizar la calidad de los recursos hídricos porque afecta a la decisión sobre la solución óptima a implantar.

La importancia de apostar por la energía solar fotovoltaica siempre que sea posible desde los puntos de vista técnico, económico y medioambiental

Por otro lado, el Responsable de Marketing de Agbar Agriculture nos habla de la importancia de caracterizar el sistema de riego de la finca. «Una vez que tenemos todos los datos sobre las características de la explotación, podemos diseñar la instalación del riego». De esta forma, definiremos las necesidades de riego del cultivo, el diseño geométrico de la red de distribución, que depende de la morfología y topografía de la parcela, así como de la distribución del cultivo y la sectorización, y el diseño hidráulico.

«Para organizar el riego por sectores debemos buscar la homogeneidad mediante unidades de riego, disponiendo de un punto de control y válvula de paso para activar o detener el riego de dichas unidades», explica Martín. Para ello, la mejor estrategia es el riego localizado, por lo que es esencial una correcta selección de goteros, definir la longitud de los ramales y dimensionar la red de tuberías y la estación de bombeo, teniendo en cuenta las pérdidas de carga en las tuberías y una adecuada velocidad del agua en las mismas.

Los actuales avances tecnológicos hacen posible la automatización del sistema de riego permitiendo pre definir los tiempos

«El gotero permite dosificar el agua de riego gota a gota en una instalación de riego localizado», mientras que la elección del caudal del gotero dependerá del tipo de suelo, el tipo de cultivo y su manejo agronómico, además de la distribución del sistema radicular en el suelo, por lo que no será igual en suelos arenosos que en aquellos arcillosos. Por su parte, «la longitud máxima de ramal vendrá definida por la variación de presión admisible, el tipo de gotero, el caudal del emisor, el espacio entre emisores, la pendiente del terreno y el diámetro del ramal».

Los actuales avances tecnológicos hacen posible la automatización del sistema de riego permitiendo pre definir los tiempos de riego y la limpieza autónoma de filtros o la inyección del fertilizante mediante unas pautas preestablecidas, para lo que es imprescindible disponer de contadores y sensores de presión. En este sentido, «la programación de riego satisface las necesidades hídricas del cultivo, para lo que debemos determinar el momento, la frecuencia y el tiempo de riego, evitando excesos o déficit de agua en momentos críticos del ciclo del cultivo, además de tener en cuenta aspectos como la dotación de agua para riego, la tarifa eléctrica y la estrategia de riego».

Para evaluar el grado de eficiencia del uso de los recursos hídricos, contamos con la huella del agua, así como con indicadores de adecuación del riego en combinación con la huella hídrica, de forma que se relaciona la cantidad de agua aplicada con el requerimiento teórico de este por parte de los cultivos durante la campaña.

Martín destaca también la necesidad de utilizar una fuente de energía que permita, tras superar las pérdidas de carga, que el caudal de agua llegue a los emisores con la presión adecuada. «El suministro energético puede proceder de la red eléctrica, o bien de generadores de combustión, así como de fuentes renovables, principalmente la energía solar fotovoltaica, en aquellas parcelas aisladas». Para decantarnos por una u otra opción, hay que tener en cuenta las características del sistema de riego, del cultivo y de la propia parcela. «Se trata de una decisión muy importante, que ha adquirido la dimensión de estratégica, a tenor del continuo incremento de precios de la energía que estamos viviendo en estos momentos», argumenta.

Por ello, señala la importancia de apostar por la energía solar fotovoltaica siempre que sea posible desde los puntos de vista técnico, económico y medioambiental. «Los paneles solares pueden instalarse sobre la cubierta de una nave para no perder terreno cultivable, o sobre una plataforma flotante en las balsas de riego para reducir la evaporación de la balsa».

Por último, Manuel Martín apunta otro aspecto clave: la vigilancia de las instalaciones de riego, mediante una auditoría, y un adecuado mantenimiento que garanticen un óptimo funcionamiento. Para ello, «es necesario inspeccionar toda la red, incluyendo los elementos hidráulicos, de control, actuadores y automatismos, además de comprobar los valores de presión antes y después del sistema de filtrado, también los valores en cabecera, evaluar la uniformidad del riego y el estado de la red de tuberías». Si se detecta alguna deficiencia, es necesario establecer un plan de acciones correctivas, además de comprobar periódicamente si existen fugas o pérdidas.

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